Lolita Segundo trimestre de embarazo: ¿Será niño o niña? + Looks Invitada Premamá
¡Si en el post anterior os contábamos que íbamos a aumentar la familia con un bizcochito, hoy podemos confirmaros que se trata de un Baby Lolito!
Sí, sí, terminado en “O” aunque todas os imaginabais a una mini Lolita (en la encuesta que os dejamos en Instagram fue un 100% de #BabyLolitas ¡qué gracia!). Los meses hasta llegar hasta aquí han estado llenos de alegrías y de miedos (¿seguirá bien?) pero cualquier duda se disipó cuando pudimos verle (no en la primera eco en la que solo ves un punto negro) sino en la segunda cuando le vimos bailar, BAILAR: movía los brazos y las piernas, y abrir y cerrar las manos (este niño debe saber que corre por sus venas sangre andaluza, porque eso parecían unas sevillanas en toda regla). Os juro que no hemos vivido un momento tan bonito en la vida, y eso que nuestra boda fue lo máximo en cuanto a emociones, pero nuestro pequeño bailarín parecía tan contento a pesar de ser tan chiquitín (medía solo 5cm) y ya era tan perfecto que aquello era pura magia.
Cuando se lo conté a mi abuela no podría creerse que el bebé se moviera (“anda, anda qué se va a mover”) porque en su época no había ecografías así que la llevé a a ver en directo a su futuro biznieto en la revisión de las 12 semanas. Qué momentazo, ¿os lo podéis imaginar? Lo mejor es que nos confirmaron que el bebé estaba perfectamente y que para nuestra sorpresa ¡ERA UN NIÑO! Todos en mi entorno, al igual que os pasó a vosotras, preferían o creían que sería una nena, pero personalmente después del aborto del año pasado no podía importarme menos que fuera niño, niña o unicornio: está sano, está ahí de verdad ¿qué hay mejor que eso? Así que nada más salir de la revisión corrimos a comprarle sus primeras mini ropitas, llevaba tres meses aguantando la tentación pero ya era oficial todo marchaba bien y se abrió la veda.
Una vez completado el tercer mes, la barriguita empezó a ser más evidente y alguna de vosotras ya os dabais cuenta al verme en la tienda. Aun así yo seguía siendo muy cauta, no lo iba diciendo a los cuatro vientos, en el fondo creo que por hacerme una especie de escudo para no gafarlo. ¿Sabes cuando tienes una entrevista importante y no cuentas nada para no estropearlo? Pues algo así sentía yo. Pero a los cuatro meses y medio ya no aguanté más y os di la noticia ¡Muchas incluso os acercasteis a la tienda a darme la enhorabuena, sois tan monas!
Gracias a una de mis mejores amigas tuve la oportunidad de ser una invitada premamá. Siempre me han encantado las invitadas embarazadas y ahí estaba yo con mi mini barriguita ¡qué emoción! En esta ocasión aposté por un look entallado que me permitiera presumir de la incipiente barriguita sin dejar de sentirme sexy. el truco fue coger el vestido en una talla más a la mía habitual.
Mis síntomas del segundo trimestre fueron…
¡Hambre! Anteriormente incluso había perdido algo de peso, nada estrambótico, pero si que había perdido un kilito. Me imagino que por comer mejor, más sano y porque me dieron unas pastillas para regular el hipotiroidismo gestacional. Pero fue empezar el segundo trimestre y el hambre hizo su puesta de largo con 3 platos de arroz de mi abuela que me dejaron con el mismo hambre que antes de comérmelos. Aunque se me fue pasando y el apetito volvió a la normalidad como a mitad del trimestre.
Los pechos están menos sensibles y ya no duelen. Ojo que esto es un gran alivio.
El corazón me va a 100: esto no ha cambiado pero se ha convertido en parte de mi, de nosotros y lo llevo bien, de hecho cuando me entraba alguna duda me tocaba el pecho y si seguía a mil por hora sabía que estaba todo bien. Ah, eso y la marca de flujo en la braguita: esa es mi señal diaria de que sigue perfecto. No es nada glamuroso contar esto pero es 100% real.
La energía volvió poquito a poco a mi vida y pude empezar a andar, que me lo llevaban recomendando mucho pero antes no era capaz de tirar de mi, así que ahora cada vez que el calor da una tregua (el 2 trimestre me pilló en pleno verano) camino desde la tienda hasta mi casa al anochecer (tardo como una hora porque voy a paso medio).
A partir de la semana 23-24 empecé a enganchar una tontería de salud con otra: encías inflamadas, garganta irritada, catarro, herpes,… todo por tener las defensas a la altura del betún y sin poder tomar ningún medicamento: curándolo todo a base de miel y limón. Pero si os digo la verdad, el cómo te sientes tú empieza a importarte más bien poco o nada con tal de saber que él sigue bien.
Los famosos dolores de espalda de las embarazadas siempre los imaginé en las lumbares pero a mi se me cargan los omóplatos. ¿Por qué? ni idea la verdad y eso que tengo la barriga muy baja desde el minuto uno.
Lo mejor es que parte del segundo trimestre me pilló de vacaciones porque el calor en Madrid es realmente insoportable y llegaba a la tienda como si me hubieran echado un barreño de agua encima, al menos así lo sentía yo. Pero en general pude empezar a disfrutar mucho más, a estar más tranquila y a poder pensar en nombres para nuestro bailarín (¡aunque aun no lo tenemos, es una gran responsabilidad!)
Novedades en el segundo trimestre:
Cada semana hago una polaroid y la pego en el libro del embarazo “9 Months” de “Write to me” que me encanta y me da la oportunidad de escribirle cositas. Las fotos no suelen ser siempre en la misma posición para ver la evaluación de la barriga sino que me gusta hacerlas como me pillen: sola o acompañada, con visita en casa, con la familia, con papá, según va surgiendo cada semana para que luego vea la vidilla que había mientras él se cocía a fuego lento. Estoy usando una cámara Polaroid Originals - OneStep 2 (la blanca y coral) porque tiene auto disparador y no necesito que nadie la dispare por mi. También estoy loca por que salga lo nuevo de polaroid porque te permite revelar polaroids reales desde tu móvil ¡Magia!
¡PATADITAS! Perdonad las mayúsculas pero es que este punto es lo más emocionante del segundo trimestre, empezar a notar cómo se mueve, que cada vez que escuche que papá y mamá están juntos se mueva porque (digo yo que) se pone contento. Que le hables y responda con algún movimiento. Al principio no estaba segura de que fuera él, sentía como una mariposa, un pececito revoloteando muy muy sutil. Me parecía tan mágico que me tumbaba de lado para “aplastarle” un poquitín y que me respondiera con un aleteo de mariposa. Pero a mitad del segundo trimestre sus movimientos ya fueron evidentes - primero para mi y unas semanas mas tarde también para su papá-. Nos pasamos las noches con las manos en la barriga porque se nos cae la baba sintiéndole después de cenar.
Que desconocidos te toquen la barriga: os confieso que esto al principio lo llevaba peor. Al fin y al cabo tu barriga sigue siendo tuya, es decir es TU piel la que tocan y es violento porque tú no vas por ahí tocándole el michelín a la gente. Sabes que lo hacen con ilusión y la mejor intención, y obviamente no les vas a decir “oiga usted, le he dado yo permiso acaso para tocarme” así que medio sonríes por no ser grosera pero te sientes un poco incómoda. Pero sí que conforme la barriga es más grande me va importando menos. Quizás me estoy acostumbrando a ello o al haber más distancia entre “la barriga y yo” o más capas de ropa por haber llegado el fresco no me siento tan avasallada. Incluso hay quien ha llegado a bendecírmelo y sin ser yo especialmente creyente siento que todo buen deseo le hace bien y os lo agradezco de corazón.
Sensibilidad sorpresa: te asalta donde menos la esperas. Ayer mismo no pude evitar emocionarme con unos clientes (una adorable pareja joven de americanos) que mientras él le regalaba a ella un vestido precioso me contaron que estaban de luna de miel: y claro me veis ahí cobrándole con los ojos a punto de llorar de la emoción real, me parecieron tan tiernos. También me pasa cuando os veo la cara de alegría al probaros un vestido que es EL vestido y que os queda como hecho para vosotras, pues ahí que me vuelvo a emocionar. Llamadme pava.
Confusión con la equivalencia entre semanas y meses. No quería ser la típica embarazada a la que le preguntan de cuánto tiempo está y te contesta: de 27 semanas -ale apáñate y saca cuentas-. Prefería decir “de 6 meses”. Peeeeeero, error, la equivalencia no va tal cual. Si lo contáramos en meses el embarazo duraría 10 meses, así que acabas por sucumbir a responder en “semanas” porque las cuentas de la vieja no se corresponden con la realidad. Uno pensaría que si estoy de 24 semanas eso serían 6 meses ¡pues no, JÁ! Pero me dieron un truquito muy bueno para calcular las semanas en meses: a las semanas de las que estés tienes que restarle dos y tendrás el resultado.. Por ejemplo, si ahora mismo estoy de 24 semanas, tendría que decir que estoy de 5 meses y medio en lugar de 6 meses. No se si me he explicado bien o fatal, jeje sorry.
Los pantalones premamá: ¿sólo me resultan incómodos a mi? Se me clavan justo en la vejiga, como si me hiciera falta algún aliciente extra para necesitar ir al baño cada media hora. No, definitivamente no los soporto más de 15 min. ¿La solución? Curiosamente después de mirar en mil tiendas, buscando ropita que me fuera cómoda en tallas más grandes a la mía habitual, nada me funcionaba. De hecho, me había comprado una falda de raso talla L que me las prometía muy de premamá estilosa y a media tarde me la quería arrancar, pero re colocando perchas vi una falda midi de punto y corte “A” en nuestra tienda que para mi sorpresa no solo me sirvió para poder quitarme la de raso que me oprimía, sino que ha terminado por convertirse en mi mejor amiga para el otoño/invierno. Tanto buscar, tanto buscar y tenía la solución delante de mis narices. ¿No os ha pasado nunca?
Look invitada premamá Lolita McTisell - Imprescindible ir cómodas, pero también que os sintáis guapas y a la altura de las circunstancias. Embarazo no implica conformismo, hoy por hoy los looks de boda para embarazadas han evolucionado tanto que a veces son las invitadas mejor vestidas.
Día a Día del segundo trimestre:
Sigo con vosotras en la tienda, hay días que me cuesta más y días que menos, pero sobre todo me cuesta el hecho de llegar hasta allí. Una vez que estoy con vosotras me distraigo mucho. Sigo pensando que esa actividad es la que me mantiene bien, aunque hay días que me encantaría sucumbir, para qué negarlo :)
Intenté ir a clases de pilates para embarazadas y no me fue muy bien. Me lo han recomendado amigas y conocidas por activa y pasiva, y me encantaría ir porque ayuda mucho en el parto, pero me dieron pinchazos vaginales que me duraron como una semana y oye, pues como que no. Seguramente lo vuelva a intentar en unas semanas pero no me voy a obligar. Como ya os conté en el post anterior del primer trimestre hace un año me hicieron una conización (me quitaron un pelín de cuello de útero) así que cualquier pinchazo vaginal me asusta.
A día de hoy he cogido en total 4 kilos, que teniendo en cuenta que ya estoy acabando el 2º trimestre y que he completado 6 meses, eso me deja buen margen para coger más peso en lo que está por llegar. La cosa se está poniendo interesante en cuanto a dimensiones, así que seguro que rápidamente cambia la balanza, nunca mejor dicho.
Sigo sin tomar café y cuando lo he intentado alguna vez no he logrado dormir hasta las 4am así que cero cafeína de ningún tipo. Pa’qué.
He incluido aceite de almendra en mi rutina “beauty” porque me es más cómodo aplicarlo después de las duchas (se seca mejor) que el trofoblastín, pero sigo alternando los dos para intentar combatir las estrías. Wish me luck!
Se me pasó la sed loca y eso fue un error porque evidentemente seguimos necesitando mucha agua así que ahora, aunque no me la pida el cuerpo intento acordarme de beber mucho líquido para estar bien hidratada y no tener problemas de… cistitis, estreñimiento,… todo muy bonito. Pero todo por un fin precioso.
Ah, y definitivamente, ahora que termino de repasar estas lineas desde mi recién estrenado tercer trimestre, os puedo confirmar (al menos en mi caso) que lo que cuentan de que el segundo trimestre es el mejor de los tres es una gran verdad así que si estáis en él disfrutadlo mucho, mucho.
¡Os seguiré contando, ya queda menos!
Love, Brenda & “Lolito”.